Vino y queso parecen ser la pareja inseparable, protagonista de muchos maridajes. ¿Quién no piensa en ellos cuando vienen invitados o en una comida de fin de semana? Son los reyes de nuestra mesa y una de las mejores combinaciones gastronómicas.
Existe una gran variedad de quesos, más o menos curados, de distinta procedencia, además de muchas otras características. Por fortuna, hoy podemos elegir entre diferentes vinos de calidad para acompañarlos, que sean su media naranja. Pero ¿sabemos cuáles son los vinos que mejor combinan con cada queso? En esta nueva entrada del blog os contamos todo lo que necesitáis saber sobre el maridaje de vino y queso.
“Que no te la den con queso”
¿Quién no ha oído alguna vez la advertencia “que no te la den con queso”? Pues bien, tenemos que decir que esta expresión se remonta a las primeras veces en las que el queso fue acompañante del vino, en las antiguas tabernas. Pero no, no hablamos de grandes maridajes, sino todo lo contrario. Para que nadie se diera cuenta de la poca calidad del vino, los taberneros lo acompañaban con queso, intentando disimular sus defectos. Esto se hacía porque el queso bloquea los receptores del sabor de la boca y puede enmascarar posibles errores del vino.
Tal vez tengamos que agradecer la picardía de estos taberneros ya que, probablemente, este sea el origen de una de nuestras combinaciones favoritas. Ahora lo que buscamos es precisamente todo lo contrario: que los sabores se potencien, que no se opaquen. Por suerte, tenemos a nuestro alcance vinos de gran calidad que hacen de esta pareja algo realmente excepcional. Pero hay que conocer bien todos sus secretos para no retroceder en el tiempo, a las antiguas tabernas.
En esta ocasión os proponemos varias reglas básicas de maridaje de gran utilidad que os pueden ayudar a entender el mundo del vino y sus fascinantes combinaciones.
Reglas básicas para maridar queso y vino:
Antes de comenzar con los consejos, queremos decir que cada paladar es único y os animamos a probar nuevos maridajes y experimentar sabores. Como ya sabemos, en cuanto a gustos no hay nada escrito.
Estos son algunas reglas básicas para sacar el máximo partido a este maridaje y potenciar el sabor:
1. Intensidad del queso y el vino
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que el sabor del queso no sea mayor que el del vino. Si se trata de un queso suave podremos acompañarlo de un vino también suave, pero si aumentamos el sabor del queso tendríamos que acompañarlo de un vino más intenso. De esta forma encontramos el equilibrio sin opacar ningún sabor.
2. Curación del queso
Cuanto más curado esté el queso, mayor será la crianza del vino que escogeremos y al revés. Esta regla podemos aplicarla tanto a vinos blancos como a tintos.
3. Quesos blandos
Sabemos que combinan a la perfección con vinos espumosos, ya que sus burbujas potencian las sensaciones en boca y con su acidez consiguen limpiar el exceso de grasa de este tipo de quesos.
4. Maridaje de proximidad
Tenemos ya más que claro que la combinación de queso con vino elaborado en la misma región (siempre que respetemos el equilibrio de sabor) suele ser acertada y muy interesante.
Vale, pero ¿qué tipo de queso y vino pegan más? Si con estas reglas básicas de maridaje no lo tienes claro, no te preocupes, a continuación, ponemos ejemplos con algunos de los quesos más comunes y vinos que nunca fallan.
Ejemplos maridaje vino y queso
Quesos fuertes e intensos
Como ya hemos dicho antes, los quesos con un fuerte sabor (Torta del Casar, Gruyère, Cabrales…) se recomienda acompañarlos de un vino con mucho cuerpo como Señorío de Benidorm Crianza, un tinto crianza.
Fuego Lento sería otra gran opción. Se trata de un vino tinto con una paciente crianza de 18 meses en roble francés y posterior permanencia en botella, que hacen que madure a fuego lento.
También queremos destacar que existe el maridaje por contraste, para el que los vinos dulces funcionan a la perfección con estos quesos tan fuertes, emocionándonos a cada bocado.
Quesos tostados, quesos curados
Los quesos tostados, así como los curados de cabra, los muy curados de oveja (Manchego, Castellano…) o los fermentados, son perfectos para vinos tintos y de crianza con cuerpo, fermentados en barrica.
Os recomendamos para potenciar su sabor Laudum Roble, nuestro vino ecológico con 4 meses de crianza en barricas de roble francés, americano y húngaro de grano fino.
Queso parmesano
Funciona a la perfección con tintos jóvenes o blancos suaves que compensen la intensidad aromática de este queso.
Queso de cabra
Como ocurre con los quesos más tiernos, para el queso de cabra podemos elegir un vino blanco o un vino rosado, con toques afrutados. Nosotros os recomendamos Laudum Rosé, un vino con mucha personalidad, suave, redondo, bien equilibrado y muy agradable al paladar.
Queso ahumado
Los quesos ahumados (Idiazábal, Palmero…) se complementan bien con tintos de crianza, pero también con vinos blancos fermentados en barrica como Laudum Chardonnay fermentado en barrica, concretamente en barricas nuevas de roble Allier y Nevers permaneciendo en ellas hasta el momento de ser embotellado.
Os proponemos también combinarlo con Laudum Chardonnay joven, vino blanco ecológico elaborado exclusivamente con uvas de la variedad chardonnay de viñedos propios de producción ecológica. Este vino fresco, joven y alegre puede crear un contraste interesante con el queso ahumado.
Queso tierno y queso fresco
Un queso tierno de vaca o cabra (Tetilla, Garmilla…), freso y cremoso (Mozzarella) encuentra la pareja perfecta en un vino que respete sus sabores, como los blancos secos y naturales o los rosados.
Marina Alta es una gran opción. Es un excelente vino blanco de Alicante, seco pero suavísimo. Nace de una especial variedad de uva, la Moscatel de Alejandría, es fresco, aromático y deja en el paladar una huella de inolvidable.
Los quesos más tiernos también funcionan de maravilla con la frescura y agilidad de algunas burbujas como las de Marina Espumante.
Quesos azules
Los quesos azules (Cabrales, Gorgonzola…) pueden acompañarse con un tinto reserva o con algún vino oloroso.
Quesos cremosos
Para este tipo de quesos cremosos y de untar, elegimos un tinto joven, afrutado y ligero que no tape su sabor, sino que lo acompañe.
¿Qué os han parecido nuestras sugerencias? Veréis que es más fácil de lo que parece, todo es cuestión de probar, vuestro paladar seguro que no falla. Si queréis conocer más sobre este tipo de maridajes o tenéis alguna duda, dejádnoslo en comentarios. Esperamos que os haya gustado y nos vemos en la próxima publicación. Mientras tanto podéis seguirnos en nuestras REDES SOCIALES para ver más maridajes interesantes.
Ya sabéis, ¡que no os la den con queso!